martes, 6 de noviembre de 2012

MITOS Y LEYENDAS DEL LLANO



Bola de Fuego

Es una de las creencias más populares del llano y podría decirse que no existe un llanero que no haya escuchado hablar de ella.

Algunos habitantes y caminantes que se han tropezado con la bola de fuego tantas veces que ya no le tienen miedo. La bola de fuego es una luz que se desplaza a lo largo de la sabana, dando vueltas como si fuera una rueda. Cuando se ve cerca, fácilmente pueden distinguirse los ojos, la boca y otras partes del cuerpo como si fuera un esqueleto humano.

Dicen que cuando aparece es necesario decirle groserías para que se aleje, de lo contrato se viene encima y quema. Diversas versiones se tejen sobre el origen de la bola de fuego. Unos dicen que se trata de un obispo que por haber pecado anda en pena, otros que fueron dos madres que se pelearon y se lanzaron maldiciones, o el espíritu de una mujer que fue mala hija, o simplemente se trata de espíritus errantes que deambulan en el llano.
 

La Llorona

Cuenta la historia que una mujer que mató a su hijo porque lloraba mucho; la razón del llanto del niño era una enfermedad que le aquejaba. Cuando la mujer lo mató, su marido le echó una maldición diciendo que sería condenada a andar por el llano con el hijo a cuestas y llorando su destino. La mujer afligida por el pecado cometido y angustiada por la condena, se suicidó. Su alma en pena deambula por todos los rincones del llano.

La presencia de este espanto se detecta por espeluznantes llantos que generalmente se oyen en épocas de Semana Santa, sobre todo donde hay niños llorando. Se ha dicho que muchas personas solían oírla con frecuencia en los caseríos, cementerios y lugares solitarios, siempre en horas de la noche, casi nunca visible a los humanos. El comentario de la gente es que cuando los perros aúllan en la oscuridad de la noche es porque La Llorona anda rodando.

Otras versiones, también del Llano, contadas por balseros del río, dicen que la llorona se la pasa recorriendo las orillas buscando los restos de un hijo que mató hace mucho tiempo. Por su crueldad fue castigada por Dios y condenada a llorar por el resto de su vida hasta encontrar el último hueso de su bebé.
Las abuelas cuentan que a la llorona solamente le falta encontrar un huesito (la falange del dedo meñique de la mano derecha) para que termine su pena.

El Silbon

Se dice que es el espanto de un hombre parrandero y mujeriego que murió solo y abandonado, y busca la compañía de alguien que cabalgue a altas horas de la noche por los senderos de la llanura. Otros dicen que persigue a las mujeres en estado de embarazo. Emite un silbido largo y agudo espeluznante y que hace sentir un frío intenso, que congela.
 

 
 
Juan Machete

Considerada como una de las leyendas más conocidas del llano, cuenta la vida del hombre que quería ser el más poderoso de la región. Su nombre era Juan Francisco Ortiz, amo y señor de las tierras de la Macarena. Este Señor hizo un pacto con el diablo en el cual le entregó a su mujer e hijos a cambio de mucho dinero, ganado y tierras.
 

El diablo le dijo a Juan que agarrara un sapo y una gallina a los cuales debía coser los ojos y enterrar vivos un Viernes santo a las doce de la noche en un lugar apartado, luego debía invocarlo con el alma y el corazón. Juan cumplió con lo encomendado. Pasaron varios días y sus negocios prosperaban.

Una madrugada se levantó temprano y al ensillar su caballo divisó un toro negro imponente, con los cuatro cascos y los dos cachos blancos. En la tarde regresó de su trabajo y vio que el toro todavía se encontraba merodeando la casa. Pensó: “será de alguna vecina”.

Al otro día lo despertó un alboroto causado por los animales y se imaginó que la causa era el toro negro. Entonces trató de sacarlo de su territorio, pero no le fue posible. Cansado y preocupado por el extraño incidente se acostó, pero a las doce de la noche fue despertado por un imponente bramido.

Al llegar al potrero se dio cuenta que miles de reces pastaban de un lado a otro y así, su riqueza fue aumentando cada vez más.

Durante muchos años fue el hombre más rico de la región, hasta que un día misteriosamente empezó a desaparecer el ganado y disminuir su fortuna hasta que quedó en la miseria. Se dice que Juan Machete, después de cumplir su pacto con el diablo, arrepentido, enterró la plata que le quedaba y desapareció en las entrañas de la selva.

Cuenta la leyenda que en las tierras de la marranera deambula un hombre vomitando fuego e impidiendo que se desentierre el dinero de Juan Machete.

1 comentario:

  1. Este blog fue creado con el fin de cumplir uno de los criterios de evaluacion del cuarto periodo en el área de LENGUA CASTELLANA del grado decimo con la licenciada Elcy Molano Álvarez.

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